Realización - Parte 3

La línea como tradición

Una vez definidos ambos estilos, echaba de menos elementos que dieran riqueza visual al corto. Fue así, en parte buscando hacer un homenaje al budismo, y en parte buscando emular el trabajo de Michael DeForge, como llegue a la india y a su tradición iconográfica. Curiosamente, la línea es un elemento fundamental en muchas imágenes budistas, construidas como rituales donde cada trazo tiene un sentido y una historia. La línea, en la tradición hindú, no es un elemento constante o permanente, sino que representa lo efímero y lo cambiante; no existe para perdurar, solo existe para ser trazada.

Uno de los motivos más frecuentes que encontré en esta búsqueda fue el de la flor de loto, figura que decidí relacionar con la típica flor del juego de enamorados que da nombre al proyecto. El loto es una imagen recurrente en todo el budismo y que simboliza un estado “de total ensimismamiento”, alcanzado a través de la meditación. Muchas veces es usado como metáfora de la iluminación, al representarla como “un loto que florece en el cielo”. La flor del enamorado, por otra parte, simboliza todo lo contrario, representando en su juego la constante búsqueda de una verdad última, y la angustia constante que nos lleva de un extremo a otro. Decidí entonces emplear la flor como un elemento de vínculo a través del corto: como un símbolo de la angustia cartesiana y a la vez como un recordatorio de la vía medía budista y su búsqueda de iluminación.

Rangoli
El rangoli es una de las expresiones más conocidad el arte tradicional hindú. El término viene de las palabras rang (color) y aavalli (filas de colores). Los rangolies son realizados principalmente por mujeres, quienes los trazan diariamente en el piso a la entrada de las casas, para invitar a las deidades y así traer paz y armonía al hogar. Se hacen a partir de una retícula de puntos, que se toman como guía para esparcir polvo de arroz o arena pigmentada. A semejanza de los mandalas, se realizan en un sustrato tan frágil y delicado como metáfora de la impermanencia de la vida y del universo.



Mehandi
El mehandi es la aplicación de la henna, un pigmento vegetal extraído de la planta del mismo nombre, como una forma de decoración temporal de la piel, a semejanza de un tatuaje. Estos son realizados durante ocasiones especiales, especialmente en las bodas, donde se aplican en manos y pies a la novia y a sus familiares. Se dice que representan la fuerza del amor del futuro matrimonio: entre más oscuro sea el color del mehandi, más intenso será el amor y el vínculo de la pareja. Quizás lo más interesante de los mehandi son sus intrincados y elaborados diseños, hechos para durar unos pocos días, basados en su mayoría en motivos florales.



Kalamkari
El kalamkari es una técnica tradicional ancestral, oriunda del sur de la India, que consiste en la decoración manual de tejidos de algodón. Esta decoración se realiza por medio de una pluma, o kalam, con la que se dibujan en un lienzo de algodón unos motivos ornamentales y un tema central, mayormente narrativo, para luego ser pintado y cocido, haciendo uso de tintes vegetales. Tradicionalmente, los kalamkaris han representado temas épicos, puranas (imágenes de la mitología india) y diseños florales; pero con el paso del tiempo, la iconografía se ha ido enriqueciendo adecuándose a los gustos de los compradores y a la imaginación del artista.

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